REDACCION B.I.
En el presente año el bueno
tiempo que hizo contribuyó positivamente a que todas las estaciones de
penitencia y desfiles procesionales pudieran salir a la calle y contar con una
gran afluencia de personas, muchas de ellas paisanos ausentes que en estos días
aprovechan estos días y sus mini vacaciones para venir a su pueblo.
Desde el Viernes de Dolores, con
la tradicional “Procesión de las Velas” hasta el domingo de Resurrección con la
Hermandad del Resucitado, todas las procesiones y estaciones de penitencia
hicieron su recorrido.
Como dato especial hemos de decir
que este año las procesiones que salen de la parroquia de San Miguel Arcángel,
han tenido que hacerlo desde la iglesia de las Obreras al estar en obras dicha parroquia, así como
todos los cultos y actos litúrgicos se han celebrado en el referido templo, por
lo que queremos destacar, y agradecer
también, la colaboración de la Congregación de Obreras del Sagrado Corazón al
dejarnos su casa para que los feligreses de San Miguel no hayamos notado la
falta y podamos haber disfrutado de la belleza arquitectónica y artística de
esta iglesia. Gracias de todo corazón.
Los desfiles procesionales todos
se han desarrollado con bastante buena organización aunque, como siempre, unos
mejor y con más vistosidad que otros, pero todos bien, aunque insistimos que
cada año deben superarse e ir eliminando algunas imperfecciones que se observan
que es necesario corregir para dar la seriedad que estas manifestaciones
callejeras de fe cristiana requieren, pues entendemos que no son festejos
folklóricos sino expresiones sentidas de la representación de la Pasión y
Muerte del Señor, aunque comprendemos que es muy difícil, casi imposible
diríamos, conseguir que la multitud de personas que se agolpan en las calles y
plazas a ver discurrir los pasos estén lo más silenciosas posible y con el
respeto que se debe tener hacia estas representaciones de hechos reales que
ocurrieron y que nos deben servir para meditar sobre ellos. La que más consigue
mantener el silencio y la compostura debida todos los años es la “Procesión del
Silencio”, por el clima de respeto que se vive en ella durante todo el
recorrido, aunque al llegar al Calvario la multitud se desmadra un poco y el
ambiente se vuelve bullanguero.
En lo que a los cultos y actos
litúrgicos en las tres parroquias y en la capilla de Jesús Nazareno se
celebraron los Oficios Sagrados del Triduo Pascual con asistencia de muchos
fieles, que de esta forma quisieron vivir estos días de una forma más austera,
meditativa y religiosa, siguiendo con devoción y respeto las diferentes
celebraciones.
En resumen un año más que los
jarotes, unos de una manera y otros de otra viviendo la Semana Santa de nuestro
pueblo.
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