PLENOS MUNICIPALES, AUSENCIA DE
CORDIALIDAD
Hola amigos y amigas de este
espacio mensual que una misma se ha prometido conservar mientras el cuerpo
aguante, o mejor mientras el Boletín Informativo aguante.
Este mes no sabía que comentar
desde mi refugio, y aunque he estado dándole vueltas muchos meses si hacerlo o
no, me he decidido por este tema que creo, por el título, queda claro a qué voy
a referirme, y aunque hay otros que también podrían merecer ocupar este espacio
como el de la invasión de las palomas y palomos (tema que en este mes toca y
muy bien el amigo Casalilla), el de la suciedad en las calles, plazas y
parques, el deambular de los perros en
los jardines, con la consiguiente suciedad que dejan sus caquitas, etc, me he
decidido por la tirantez y dialéctica
enconada como se desarrollan los plenos
municipales de nuestro Ayuntamiento.
En principio voy a decir que una
basa sus comentarios en lo que oye junto a su pétrea morada, nunca he sido
testigo personal de ningún pleno municipal, pero no me hace falta porque tengo
la mejor fuente de información que puedo desear, la voz del pueblo que se
expresa con sinceridad de forma
distendida, libre y cordial en las tertulias vecinales. No olviden, amigos
lectores, que una no solo merodea por las inmediaciones de su morada, sino que
también da sus “garbeitos” por el pueblo (sus paseos, vamos), poniendo oreja a
cuantas conversaciones se producen en los mentideros pueblerinos, que aunque se
les haya llamado así algunos (la mayoría) son auténticas fuentes fidedignas de
información.
Bien y a lo que vamos. Esto que
comento hoy lo he escuchado ya muchas veces, incluso creo recordar que en una
editorial, no muy lejana en el tiempo, de este Boletín Informativo, se ha
tocado el tema y en alguna crónica municipal, y los que hacen las editoriales y
las crónicas si se basan en lo que ven y no en lo que oyen, por lo tanto
también cojo estas fuentes como base del comentario.
Se oye decir que en los plenos
municipales de nuestro Ayuntamiento el consenso, el trato amable, la
cordialidad… brillan por su ausencia. Parece ser que predomina mucho el “ordeno
y mando”, el esto es blanco porque yo lo digo, aunque esté un poquito ahumado.
Se escucha poco a la oposición (no me gusta, y perdonen, esta palabra) yo le
pondría la pro-posición, pues la palabra oposición parece asociarse a que los
que no gobiernan se oponen a todo lo que se presenta, y no es así, la oposición
lo que hace, debe hacer, es proponer otras alternativas o aportar algo a lo que
pretenden aprobar para bien del pueblo gobernado.
Como digo, los plenos
municipales, por lo que una escucha, algunos son auténticas batallas
dialécticas. Se observa entre los dos grupos (al menos en los plenos, pues una
ignora cómo son las relaciones fuera de ellos) una animadversión y
enconamiento. Da la impresión a los que asisten que llegan al pleno “con la
escopeta cargada” (perdón es un símil porque allí tiros no hay, faltaría más).
Se ve un ambiente enrarecido. Según he oído, salvo en los temas de puro
trámite, los demás que se presentan por unos y otros, los que presentan unos no
son aceptados por los otros y viceversa.
Amigos ediles esto no debe
funcionar así, hay que dialogar, consensuar y charlar cordialmente, después de
esto seguro que las decisiones tomadas serán mejores, pues recuerden que todos tienen
cosas buenas que aportar ¿No sería bueno que terminada esta legislatura todos
terminaran siendo amigos si antes no lo eran, y más amigos si ya lo eran? Todos trabajan por el mismo fin y
si lo hacen con cordialidad, ¿no creen que las cosas saldrían mejor y mayor la
satisfacción para todos?
Bueno si les quiero decir que
referente a esto que comento, hay un refrán que dice “mal de muchos, consuelo
de tontos”. Le viene como anillo al dedo porque esta situación, por lo que una
oye, se produce en todos los parlamentos políticos, nacional, autonómicos,
provinciales, etc. Es un mal de muchos y un consuelo de tontos, y no es que
quiera llamar tontos a todos los gobernados que somos los que sufrimos las
consecuencias de esta actitudes políticas, porque muchas veces por no escuchar
al contrario (políticamente hablando) se toman decisiones desafortunadas y se aprueban leyes y normas
que perjudican a los ciudadanos y dañan la buena gestión.
Piénsenlo, amigos, e intenten al
menos proceder con otro comportamiento, se alegrarán, seguro.
Hasta la próxima.
LA
BOCA DEL METRO
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