lunes, 29 de septiembre de 2014

EL REFUGIO


PLENOS MUNICIPALES, AUSENCIA DE CORDIALIDAD
Hola amigos y amigas de este espacio mensual que una misma se ha prometido conservar mientras el cuerpo aguante, o mejor mientras el Boletín Informativo aguante.
Este mes no sabía que comentar desde mi refugio, y aunque he estado dándole vueltas muchos meses si hacerlo o no, me he decidido por este tema que creo, por el título, queda claro a qué voy a referirme, y aunque hay otros que también podrían merecer ocupar este espacio como el de la invasión de las palomas y palomos (tema que en este mes toca y muy bien el amigo Casalilla), el de la suciedad en las calles, plazas y parques, el  deambular de los perros en los jardines, con la consiguiente suciedad que dejan sus caquitas, etc, me he decidido por la tirantez  y dialéctica enconada como  se desarrollan los plenos municipales de nuestro Ayuntamiento.
En principio voy a decir que una basa sus comentarios en lo que oye junto a su pétrea morada, nunca he sido testigo personal de ningún pleno municipal, pero no me hace falta porque tengo la mejor fuente de información que puedo desear, la voz del pueblo que se expresa con sinceridad de  forma distendida, libre y cordial en las tertulias vecinales. No olviden, amigos lectores, que una no solo merodea por las inmediaciones de su morada, sino que también da sus “garbeitos” por el pueblo (sus paseos, vamos), poniendo oreja a cuantas conversaciones se producen en los mentideros pueblerinos, que aunque se les haya llamado así algunos (la mayoría) son auténticas fuentes fidedignas de información.
Bien y a lo que vamos. Esto que comento hoy lo he escuchado ya muchas veces, incluso creo recordar que en una editorial, no muy lejana en el tiempo, de este Boletín Informativo, se ha tocado el tema y en alguna crónica municipal, y los que hacen las editoriales y las crónicas si se basan en lo que ven y no en lo que oyen, por lo tanto también cojo estas fuentes como base del comentario.
Se oye decir que en los plenos municipales de nuestro Ayuntamiento el consenso, el trato amable, la cordialidad… brillan por su ausencia. Parece ser que predomina mucho el “ordeno y mando”, el esto es blanco porque yo lo digo, aunque esté un poquito ahumado. Se escucha poco a la oposición (no me gusta, y perdonen, esta palabra) yo le pondría la pro-posición, pues la palabra oposición parece asociarse a que los que no gobiernan se oponen a todo lo que se presenta, y no es así, la oposición lo que hace, debe hacer, es proponer otras alternativas o aportar algo a lo que pretenden aprobar para bien del pueblo gobernado.
Como digo, los plenos municipales, por lo que una escucha, algunos son auténticas batallas dialécticas. Se observa entre los dos grupos (al menos en los plenos, pues una ignora cómo son las relaciones fuera de ellos) una animadversión y enconamiento. Da la impresión a los que asisten que llegan al pleno “con la escopeta cargada” (perdón es un símil porque allí tiros no hay, faltaría más). Se ve un ambiente enrarecido. Según he oído, salvo en los temas de puro trámite, los demás que se presentan por unos y otros, los que presentan unos no son aceptados por los otros y viceversa.
Amigos ediles esto no debe funcionar así, hay que dialogar, consensuar y charlar cordialmente, después de esto seguro que las decisiones tomadas serán mejores, pues recuerden que todos tienen cosas buenas que aportar ¿No sería bueno que terminada esta legislatura todos terminaran siendo amigos si antes no lo eran, y más amigos si  ya lo eran? Todos trabajan por el mismo fin y si lo hacen con cordialidad, ¿no creen que las cosas saldrían mejor y mayor la satisfacción para todos?
Bueno si les quiero decir que referente a esto que comento, hay un refrán que dice “mal de muchos, consuelo de tontos”. Le viene como anillo al dedo porque esta situación, por lo que una oye, se produce en todos los parlamentos políticos, nacional, autonómicos, provinciales, etc. Es un mal de muchos y un consuelo de tontos, y no es que quiera llamar tontos a todos los gobernados que somos los que sufrimos las consecuencias de esta actitudes políticas, porque muchas veces por no escuchar al contrario (políticamente hablando) se toman decisiones  desafortunadas y se aprueban leyes y normas que perjudican a los ciudadanos y dañan la buena gestión.
Piénsenlo, amigos, e intenten al menos proceder con otro comportamiento, se alegrarán, seguro.
Hasta la próxima.
                                                                                                                             LA BOCA DEL METRO

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